La política hoy, tres meses de Milei.

13.03.2024

Por Dr. Osvaldo Dameno

El triunfo de Milei fue el resultado de una serie de circunstancias. Antes de la elección general recibió el apoyo del kirchnerismo y del massismo para instalar su figura como una forma de erosionar las posibilidades de JxC. Eso se vio claramente en las PASO, donde fue el candidato mas votado y le fiscalizaron y cuidaron sus boletas. En el otro bunker la influencia de Macri fue decisiva para limar a Rodriguez Larreta y consolidar a Bullrich. Recordemos que Schiaretti había lanzado la idea de un Frente de Frentes que contaba con la aquiescencia de Larreta representando a los sectores que propiciaban el diálogo y el consenso.

De esta manera triunfó el sector mas radicalizado y antiperonista con una candidata desdibujada y desorientada al tener un nuevo rival que la corría por derecha con una gran dosis de gorilismo también, pero con la ventaja de ser un out sider que inventó el término casta para ejemplificar su postura antipolìtica. Los votos de Larreta se dividieron. Schiaretti fue el único de los tres grupos antikirchneristas que sostuvo al peronismo federal, abogando por amplios acuerdos, por la producción, el trabajo, la gestión, la justicia social y un claro perfil anticorrupción. La vorágine le jugó en contra aunque hizo una buena elección. El resultado fue la coronación de Milei en el ballotage.

Milei recibió votos por ser antisistema, anticasta, por su idea de la motosierra, y por su figura disruptiva. Pero fundamentalmente ganó por el hartazgo de la sociedad por las últimas dos décadas de fracasos y frustraciones que dejaron al país agonizante . Lo votaron tanto los antiperonistas como los peronistas anti K y los independientes. El 56 por ciento es elocuente, a pesar del disparate de Massa del último tiempo aplicando medidas que fueron una bomba de tiempo para la desangrada economía. El resultado determinó un corrimiento del PRO hacia el oficialismo mientras que los ex peronistas que adhirieron a los K y se quedaron con el sello del PJ siguen pensando que la misma jugada que hicieron antes los va a depositar de nuevo en el poder en el 2027. El radicalismo quedó dividido y grogui.

En Diputados se creó un nuevo bloque Hacemos Coalición Federal que agrupa a peronistas anti K, a la Coalición Cívica y funciona en consonancia con otro bloque federal. Este sector sostiene ideas de centro que pueden generar expectativas sobre todo porque mantiene un perfil contrario a lo sucedido en los últimos 5 períodos presidenciales en los que los K y el macrismo construyeron y usufructuaron mutuamente la grieta. Y representa también al peronismo federal por oposición al del gran Buenos Aires, sumiso furgón de cola K.

En estos tres meses Milei se ha manejado torpemente generando conflictos innecesarios y con poca astucia para buscar apoyos legislativos imprescindibles. Peor aun, ha abierto frentes con expresiones insultantes contra los otros poderes del Estado, sobre todo el parlamento y con los gobernadores, ante la frustración de la ley Bases que envió para su aprobación sin siquiera conversarla con los distintos sectores, retirándola luego pese a un gran esfuerzo que se realizó para encauzarla, tarea que su nula técnica jurídica hacía muy difícil.

La gran devaluación, la liberación de precios, la carencia de una política de contención social y su obstinación en buscar traidores lo llevó a una difícil encrucijada. Despidió a funcionarios pocos días después de nombrarlos y desoyó consejos y llamados de atención nacionales e internacionales ante la licuación de los ingresos de los asalariados formales e informales. Finalmente hizo un llamado a un acuerdo nacional a llevarse a cabo en Córdoba el 25 de mayo. Fue un primer paso realista que puede dar frutos si admite escuchar las distintas opiniones que se expresen y tomar en cuenta las más razonables.

Para ello debe entender que el voto mayoritario también ha marcado varias aristas. La gente ha dejado claro que no quiere que al país lo vuelvan a manejar los mismos que lo hicieron desde el 2003 hasta ahora. También el pronunciamiento fue contundente contra la corrupción y a favor del desmantelamiento de la maquinaria de negocios ilegales en que se ha convertido el Estado. Pero también Milei debe darse cuenta que el pueblo no tolera más la mirada binaria de la grieta, o estás conmigo o sos mi enemigo. Eso lo vivimos con los K. Los que no compartan sus propuestas a libro cerrado no son traidores, ratas o ladrones. Son quienes quieren ayudarlo para que no se cometan errores que pongan en entredicho valores de mayor jerarquía institucional.

Debe el presidente comprender que vastos sectores apoyan la institucionalidad y la van a sostener contra viento y marea. Que la gran mayoría luchará para que todo vaya bien sin resignar el núcleo de sus convicciones políticas. Que hay que trabajar cada tema para lograr las mayorías que lo hagan viable. Que la justicia social no es un fraude, es la herramienta de una revolución que cambió al país. Que el camino es la libertad por supuesto, pero abonada con respeto por el trabajo y la producción. Que el pueblo no va a admitir nunca más la prepotencia, el atropello, la falta de respeto y el desdén por la Constitución, las instituciones y las leyes.

Asoma una política más amplia y diversa, con más de dos sectores, tres o cuatro tal vez . Hay que entenderla, transitarla, admitirla y mejorarla. Así caminaremos por el sendero de la paz, la tolerancia, el respeto y daremos entre todos un gran paso hacia la grandeza de la Patria.